Paul Simon
No debía tener más de de 14 años cuando mi padre puso en la minicadena un CD que le agradaba bastante: "Graceland", de Paul Simon.
Ese disco me taladró la cabeza como una bala y Paul Simon se convirtió en mi ídolo (luego vendría No Doubt y otros más modernos).
Después de Graceland, que iba de música africana mezclada con pop, vino "Songs from the capeman", otro disco estupendo en el que se introduce música latina y doo-wop, pero eso es otra historia.